Reinventar la rueda

(Publicat a La Vanguardia el 26/03/08)

¿Quién no ha pensado alguna vez, después de haber dado vueltas y vueltas para aparcar, que el coche debería ser plegable para así caber en espacios imposibles?

Pues los científicos del Massachussetts Institute of Technology, el famoso MIT, ya han ideado un vehículo de estas características… aunque, de momento, sólo es un prototipo.

El automóvil futurista, que han bautizado City Car, tiene la capacidad de reducir su ya escasa dimensión (2,5 metros) hasta el metro y medio. Tres veces menos espacio de lo que ocuparía un utilitario convencional.

El secreto de su arquitectura se encuentra en las ruedas, que concentran las principales funciones del automóvil. Encerrados en los cuatro neumáticos se encuentran el motor del coche, que es eléctrico, así como los mecanismos de dirección, suspensión y freno.

Todo controlado por un ordenador central que es como la CPU del coche y que elimina incluso la necesidad de que haya volante pues permite maniobras de 360 grados con una sola palanca. Por supuesto, cuenta con GPS y todos los controles digitales imaginables, que al parecer también son reconfigurables.

“Hemos reinventado la movilidad urbana”, asegura William Mitchell, profesor de arquitectura y director del proyecto en el Media Lab Smart Cities Group del MIT desde 2003. “Es como una computadora con ruedas”, añade Franco Vairini, diseñador del patrón de pliegue del vehículo.

Y es que el City Car no es sólo un coche ultracompacto para aparcar en espacios reducidos. Forma parte de un nuevo concepto de uso del automóvil en las urbes que se podría asimilar al que se hace del Bicing en Barcelona.

La idea es “haya cientos de ellos en la ciudad y que la gente coja el primero disponible”, previo pago con tarjeta de crédito, explica Vairini. De ahí también su tamaño.

De hecho, el diseñador ideó la forma del vehículo pensando en acoplarlo a coches semejantes en los puntos de recogida y devolución, como se hace con los carros de la compra en el súper. Y de paso, aprovechar el aparcamiento para recargar el automóvil conectándolo a una red de suministro eléctrico.

La docena de ingenieros implicados en el proyecto esperan que su idea se convierta en una solución innovadora para el problema crónico de la congestión de tráfico que afecta América, Europa y Asia, así como en una contribución a la lucha contra el cambio climático.

Aunque sólo es un prototipo, el MIT ya ha producido una versión miniatura del City Car y los científicos confían que pueda construirse un modelo de prueba a escala real a finales de año.

A Mitchell le gustaría que el vehículo fuera una realidad en tres o cuatro años. Pero, en la industria no lo ven tan claro. Según Christopher Borroni-Bird, director del departamento de Conceptos de Vehículos de Tecnología Avanzada en General Motors, patrocinador del Media Lab, el City Car no está preparado para la carretera, aunque “es una idea prometedora.”

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